El descubrimiento de la tecnología de edición genética CRISPR ha mejorado mucho el potencial para tratar enfermedades. Sin embargo, la administración de componentes de edición genética de manera eficaz y segura ha demostrado ser un desafío. La actual falta de una programabilidad específica es un factor limitante clave para escalar de manera exitosa esta tecnología. Una variedad de métodos de administración, incluidos pero no limitados a los que aparecen abajo, podrían satisfacer la necesidad de dirigirse a tejidos y/o células para llevar estas tecnologías al ámbito clínico. Hasta la fecha, las nanopartículas lipídicas (LNP) constituyen los sistemas de administración dirigidos no virales mejor estudiados. Están especializados en la encapsulación de ácidos nucleicos y pueden modificarse con ligandos para mejorar la especificidad de la administración. En comparación con otras nanopartículas poliméricas sintéticas, las LNP poseen una mejor biocompatibilidad y menores niveles de toxicidad. En la actualidad, el hígado es el órgano al que se dirigen con mayor eficacia las terapias basadas en LNP. Sin embargo, debido a una baja eficacia en la administración a las células primarias y en experimentos con animales in vivo, la eficacia de edición de las LNP aún no cumple los requisitos clínicos en tejidos extrahepáticos. Después de las LNP, las nanopartículas basadas en polímeros (PNP) son los vehículos de administración más utilizados. Las PNP ofrecen varios beneficios en comparación con las LNP puesto que son más fáciles de fabricar, se pueden variar fácilmente y poseen un tiempo de circulación mejorado. Las nanopartículas inorgánicas también están ganando popularidad como un vehículo para maquinaria basada en CRISPR debido a su capacidad para ser modificadas y su eficacia como portadoras de ácidos nucléicos y pequeñas moléculas. Otros vehículos de administración bioinspirados, como los exosomas, los sistemas liposomales de administración de fármacos, los portadores de anticuerpos/proteínas, las partículas similares a los virus, como los bacteriófagos, y los nanobots han demostrado su potencial, pero siguen estando muy poco utilizados en el campo de la administración de editores genéticos.
Requisitos de la solución
Las soluciones deben ser un sistema de administración programable y altamente eficiente para administrar maquinaria de edición de genomas que pueda dirigirse a tejidos específicos (células, tipos y/u órganos). Las soluciones deben poder programarse para que se administren a un mínimo de tres células, tipos de tejidos y/u órganos distintos y diferentes y con una capacidad de edición y administración que sea como mínimo tan eficaz como los avances actuales. Una solución óptima sería fácil de fabricar, barata, escalable y tener un perfil de seguridad razonable. Las soluciones que proponen virus y sistemas o partículas similares a los virus deben desarrollarse en el campo y cumplir los criterios que demuestren una comprensión total de cómo se puede modificar el sistema de administración para que sea programable y pueda dirigirse a una variedad de distintos objetivos tisulares (células, tipos y/u órganos). La solución se evaluará en función de lo bien que cumpla los requisitos.
Las soluciones programables que solo se dirigen a objetivos del sistema nervioso central (SNC) deberán presentarse al Área objetivo 2. Las soluciones que cumplan los requisitos del Área objetivo 2, pero que también sean programables para dirigirse a un órgano que no sea el cerebro podrán presentarse para ser consideradas en ambas Áreas objetivo, aunque un único equipo y/o entidad con una sola solución que cumple los requisitos de ambas Áreas objetivo solo podrá optar a un premio. Un equipo y/o entidad podrá optar a varios premios por varias soluciones presentadas a una o ambas Áreas objetivo, siempre que las soluciones sean cualitativamente diferentes.
Para ser sumamente competitivo en este Reto, las soluciones deben:
Ser programable y dirigirse al menos a tres células, tipos tisulares y/u órganos distintos y diferentes.
Poder entregar un editor y demostrar que la edición y administración sea al menos tan eficaz como las eficacias publicadas actualmente para los distintos objetivos tisulares (células, tipos y/u órganos) propuestos.
Tener un mecanismo biológico conocido para programabilidad: una relación clara entre lo que se hace para modificar la tecnología para su administración a distintos objetivos tisulares (células, tipos y/u órganos) y cómo se relaciona esto con la biología subyacente y/o la bioquímica del sistema.
Haber realizado estudios que demuestren la biodistribución y la ruta del método de administración.
Demostrar el éxito en la administración y el rendimiento de la edición en grandes animales mediante una evaluación independiente respaldada por los NIH.
Haber demostrado un perfil de seguridad en modelos experimentales en consonancia con otros sistemas de administración de terapia de genes/edición de genes destinados a su uso en humanos.
Las soluciones deben:
Dirigirse a más de un tipo de tejido/órgano.
Tener un planteamiento innovador.
Adicionalmente, las soluciones podrían:
Demostrar potencial de mercado, ventaja competitiva o potencial para satisfacer necesidades médicas no cubiertas.
Ser capaz de fabricarse de forma escalable y rentable.