Cómo presupuesto un artículo sin morir en el intento

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Siempre que tengo que dar un presupuesto sobre la redacción de un texto me asaltan las mismas dudas y, después de tanto tiempo, todavía no he sido capaz de crear una tabla de salvación a la que acogerme, ¡y eso que me considero muy creativa!

¿Cómo hago el presupuesto?

¿Tarifico por palabra? ¿Por tiempo? ¿Tengo en cuenta la experiencia? ¿La rapidez? ¿La titulación? ¿La competencia? ¿La situación del sector...? Sí, son muchas variables, y todas a tener en cuenta, evaluar, justipreciar o descartar. No es lo mismo escribir sobre un tema que dominas, que sobre otro del que necesitas documentarte. O escribir con un estilo informal y desenfadado, que precisar tecnicismos propios de la temática sobre la que se habla. grito Si eres escritor/a y quieres ofrecer tus servicios de redacción pero te pierdes en un mar de variables para ponerte de acuerdo con el presupuesto que quieres dar, aquí te dejo una serie de recomendaciones basadas en mi propia experiencia y en mis propias conclusiones a las que he llegado con la ayuda de mis éxitos, mis fracasos y mis elucubraciones del todo a cien. Quizás puedan servirte de ayuda para saber cómo actuar la próxima vez que tengas que presentar un presupuesto, o quizás te muestren lo que tú nunca harías en una situación similar.

Método CACHIVE para crear presupuestos

Yo escribo y tú lees, opinas y decides. Fácil, ¿no? Para ello, he creado mi propio sistema; el método CACHIVE (el orden de las indicaciones no altera el producto, solo las he ordenado así para que me saliera un acrónimo chulo).

1.- Confianza

Si has llegado a ofrecer tus servicios como redactor/a es porque sabes redactar. Si tienes menos oído musical que una zapatilla, no te atreverías a ofrecerte como representante de España en Eurovisión, ¿verdad? Bueno, algunos lo hacen, es cierto. Lo que quiero decir es que tienes experiencia, oficio, conocimientos, habilidad, imaginación, creatividad y puede que hasta estudios, así que, tienes que tener confianza en que puedes hacer muy bien el trabajo que te han pedido.

2.- Autoevaluación

Muchas veces nos pierden las ganas y la necesidad de escribir. Pero tenemos que ser conscientes de que escribir no es solo aporrear las letras del teclado. Si por ejemplo, te piden escribir sobre fútbol y tú crees que “un tiro a puerta” es el disparo a bocajarro a una cancela, pues igual debes plantearte si no estás preparado/a para escribir sobre ese tema. Igual lo descartas como un acto de profesionalidad, aunque también puede ser una muestra de sensatez, ya que vas a pasar más tiempo formándote sobre la materia que creando un artículo que, además, puede no salirte en el tono que precisa.

3.- Comparación

No es que te pongas a mirar quien la tiene más bonita (la letra), ni quien escribe mejor, sino que te informes sobre cómo va el mercado.A lo mejor, tus textos valen un potosí, pero en la actualidad, no consigues un cliente que pueda pagártelos, o quizás no tienes todavía un prestigio demostrable que lo avale. También hay quien quiere pagar 2 € por un post de 500 palabras... Supongo que porque hay quién está dispuesto a escribirlo, y también supongo que ni al uno ni al otro le importará mucho el contenido del mismo.

4.- Honestidad

Sé honesto contigo y con los demás. Si crees que un artículo vale “tanto” por el tiempo que necesitas para su elaboración, para contrastar la información, para documentación..., en definitiva, por el tiempo de dedicación, luego debes actuar en consecuencia y no hacer ristras de artículos, como si se tratara de morcillas, sin asegurarte de que el contenido es digno merecedor de la valoración que le has dado.

5.- Información

La información es poder. Cuanto más sepas sobre los requisitos o exigencias del cliente, mejor podrás valorar el trabajo. Es importante saber la periodicidad, el medio en el que se va a publicar, las exigencias en los plazos de entrega, la variedad de la temática, el tiempo de documentación que vayas a necesitar, el número de palabras... ¡Qué difícil es pasar de las 500 a las 600 palabras cuando ya está todo dicho, verdad! Y que el cliente también pueda tener información sobre ti es muy importante; sobre tu estilo de redacción, tu compromiso, tu eficacia, tu responsabilidad, tu habilidad para entender sus exigencias...

6.- Valoración

Con todas las variables en una mano y la calculadora en la otra, ya puedes hacer el presupuesto. Acuérdate de tener en cuenta los impuestos, posibles costes añadidos, etc. Y cuando ya tengas tu cálculo hecho, ¡sé un loreal!, porque tú lo vales, siempre y cuando no sufras un ataque de egocentrismo supremo y te sientas la pluma de oro del país.

7.- Espera

Pues eso, espera. Ya lo has entregado y tiene que pasar un tiempo hasta que lo vean, valoren, juzguen, comparen y si encuentran algo mejor, pues que lo contraten, que para eso se inventó la ley de la oferta y la demanda. Tampoco viene nada mal intentar averiguar por qué te han rechazado, igual eso te ayuda a saber si estás presupuestando por encima de tus posibilidades, como dirían algunos políticos. Banner colaboración Redacción Y bien, ¿te ha servido de algo el método CAVICHE? Igual tú método es el MACTE-PP; Mi Artículo Cuesta Taitantos Euros, Punto Pelota. En ese caso, mis más sinceras felicitaciones y mi más asquerosa envidia, porque yo, a veces, paso más tiempo presupuestando un artículo que escribiéndolo. Será porque soy de letras...

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